viernes, 9 de noviembre de 2012

Ecos de voces que no existen





“Ecos de voces que no existen” es un proceso de obra en el lenguaje del videoarte, que los artistas Juan José Wally (artista visual) y Santiago Wally (músico), desde la estructuración de un lenguaje de intercambio sonoro y visual, han construido a través de los años, con distintas piezas de video e indagando sobre los grandes temas del hombre: la trascendencia, la búsqueda de la identidad, y el retorno a la autenticidad del individuo y a sus orígenes. “Ecos” amalgama diversos puntos de vista sonoros y visuales a través del juego y el libre intercambio de experiencias estéticas, con técnicas de video, stop motion, edición digital, y una elaboración sonora a partir del uso de sintetizadores analógicos, pianos electroacústicos, sampleo y procesamiento digital.
El resultado del proceso deviene en un mantra sonoro visual con un sentido abierto a la propia experiencia perceptiva, que fluye hacia el espectador generando o activando distintos significantes a través de una estética contemporánea. De esta suerte se vislumbra un guión narrativo invisible donde se asocian imágenes del inconsciente: lo irracional, lo absurdo, la captación fragmentada de elementos reales que plagan al ser de caos informativo, y el paisaje interno (y externo) de un mundo cada vez más complejo, conspirando con metamensajes y símbolos que indagan más allá de lo aparente, apelando a lo esencial, a la permanente búsqueda ontológica del sentido. Definimos el término “eco”, desde la física, como una señal acústica reflejada sobre una superficie, lo que presupone la preexistencia de una fuente que emite el sonido y un medio donde se propaga. Ahora bien, desde la especulación metafísica y la intuición (no desde la racionalidad lógico-cartesiana), ¿por qué no imaginarnos, también, ecos sin un emisor aparente, donde sólo exista el medio y no el origen del sonido? Ecos que viajan en el éter, como resplandor reverberante de luces y sombras pasadas, voces que se entrelazan en el aire, que nacieron y murieron bajo el mismo sol, en pugna por la autenticidad y la energía vital de lo humano en el cosmos, caos y orden que no se contradicen, que necesitan el uno del otro coexistiendo bajo el manto aparente de la realidad.